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viernes, 23 de mayo de 2014

A Máximo.


¡Wey, cómo olvidar el día en que me embestiste por última vez!  Fue la primera noche  que dormimos juntos, bien empiernaditos… la primera vez que dormí con un cabrón, ese día yo tuve mucha chamba y mi jefe me tuvo trabajando hasta las 11 de la noche. Terminé cansado, ¡pero me cai cabrón, que con solo pensar en verte y estar contigo me olvidaba de todo, hasta del puto cansancio!


Máximo, ¡No te hubieras ido pendejo, qué no veías que yo sentía algo por ti!  Sabía que estabas casado, que tenías responsabilidad pero tú no la amabas… ¡No la amabas! ¡Por qué no tuviste el valor de vivir la vida que siempre quisiste? ¡Por qué si decías que me amabas no fuiste capaz de ser solo mío? ¡Maldito seas Máximo!


¡Puff..! Aún recuerdo tu aliento cuando terminamos esa noche. Cómo olvidar sentir a un cabrón grandote arriba de mí, metiendo y sacando su fierro de 19 centímetros. Era como de película,  con el cuarto a oscuras solo veía las sombras que proyectaban las luces de la calle al entrar por la ventana, un bulto subiendo y bajando… eras tú, parecías un toro por la espalda que te cargabas, peluda y bien grande.  Esa noche no parabas de decirme “mi amor”. Hasta cuando agarrabas mi cabeza mientras te mamaba la verga. A ratos te la mamaba y luego me subías a tus labios para darme un beso y decírmelo.


 ¡Cómo te gustaba sentir mi lengua en tu verga! Y la neta, yo era feliz de sentir la tuya hurgando mi culo.






¡Wey, qué combinación hacíamos! Tú grandote, peludo, espaldón pero siempre vistiendo de traje y la barba bien delineada, y yo un morrito delgado chalán de mi papá mecánico. Yo siempre sucio, parecía pordiosero jaja  Pero eso era lo que nos gustaba el uno del otro: a ti te excitaba mucho mi aroma a aceite quemado, la gasolina y mis manos rasposas, yo esbelto y bien definido, nada fuera de lo común para ser un morrito de 14 años.  En cambio tú, un cabrón hecho de poco más de 30 años, licenciado y de cuerpo bien trabajado…


 Ya éramos cómplices. Tú me escupías en la cara y en la boca y yo te la mamaba y me excitaba más cuando te hacía gemir, ese punto era cuando sabía que debía parar porque estabas por venirte. Yo era aficionado de tu lengua en mi culo y tú no podías parar de comértelo. Hasta la verga se me para de escribir estas palabras…  imagino como si todavía lo hiciéramos: tu lengua entrando y saliendo, metiendo el dedo de vez en cuando… pero lo que más me gusta es cuando me raspas con la barba.







 Te atascabas con mi culo, te lo tragabas con mucha ansiedad, como si fuera el último culo que tu boca probaría. ¡Wey, no mames no podíamos venirnos de otra manera!  ¡Es como si nuestras vergas lo supieran! Yo mamando tu verga y tú comiéndote mi culo. Pero a ti te gustaba mamármelo principalmente después de cogerme, decías que abierto sabía más rico, y cómo no abrirme si tenías una verga bien grandota wey…  Aunque sólo lo decías por tu necesidad de macho dominante de sentir tu verga dentro de mí, no podías dejar pasar la oportunidad de restregarme en la cama, de escuchar mis quejidos al sentir tu verga taladrándome. Era tu forma de sentirte un cabrón, tu manera de decirme lo mucho que también me amabas…  Pero, nunca pudiste venirte así, lo tuyo, lo tuyo era mamar mi culo y sentir mi lengua en tu verga, ese siempre fue el punto más culminante en nuestra historia.



No sé si el amor de cabrón a cabrón sea un pecado. Máximo… wey, ya tiene algunos años que pasó esto y me imagino que nadie se enteró. Lo único que puedo hacer por ti es rezar y decirle a Dios que yo sí te amé y  si en algún momento lo ves dile esto mismo.



Me tomo esta chela a tu salud cabrón.


Descansa en paz Máximo.




viernes, 9 de mayo de 2014

Mi primera vez con un wey militar

Y cuando le agarré sus nalguitas bien duras y paraditas ¡Puf! Exploté, yo nunca me había venido así de pronto con una mujer, nadie me había hecho sentir la excitación que ese wey me despertó... La verdad, no eran sus nalgas, no era su piel, más bien el hecho de que era un cabrón como yo, un cabrón con barba, un cabrón con voz grave ¡simplemente un cabrón! ...

Qué tal compas, quiero compartirles mi primera experiencia sexual con un hombre, la verdad es que en mi familia no es bien visto esto de tener sexo entre cabrones, mi padre es mecánico y me enseñó el oficio, así que ya se imaginarán ando con mis overoles algo sucios y mis manos y cara con grasa y pues no es el mejor ambiente para darle rienda suelta a esta onda, no tengo mucha experiencia, pero quisiera contarles las pocas que he tenido... Esta es la primera.

Vi que me miraba ese cabrón... 





Este we es un cliente, es un machín del ejercito, como se imaginarán está mamado y alto, tiene pelo corto y justo el pantalón con el que andaba ayer se le notaba un paquetote de esos que no puedes dejar de imaginarte qué tan grande será la verga, si es cabezona o si el bulto será por los pinches huevotes que ha de tener un cabrón de ese vuelo. Este cliente ya tiene como un año viniendo a hacer reparaciones rápidas de sus coches, no viene muy seguido, no sé qué tantas actividades haga el cabrón pero solo viene de rápido. Total que es de los que siempre se ofrecen a ayudar, le gusta ensuciarse las manos, siempre está al tanto por si se necesita tal llave, o solo que sostengan la pieza para ocupar las manos en otra cosa, siempre se me ha hecho raro porque mete las manos a la grasa y como que no se cohibía de los pequeños roces con los dedos, como ustedes saben, cuando un hombre rosa la mano de otro de inmediato se quitan y se hacen pendejos como si no pasara nada, pero este cabrón no es así, de vez en vez rozaba sus dedos con mi mano y no los quitaba, la verdad es que al final yo lo hacía a propósito, claro con mucha discreción. 



Resulta que vino porque quería que le reparara la marcha de su coche porque ya no le arrancaba, para aflojar los tornillos yo necesitaba que alguien agarrara la marcha y el vato, como de costumbre que se lanza a agarrarla y yo desatornillando y pues ya saben... así como que haciéndome el trabajador de repente le rosaba que la mano, o los codos y pues haciendo un poco la plática lo empecé a hacer reír con chascarrillos que luego se me salen, total que luego se me quedaba viendo así muy fijamente y la neta me ponía nervioso porque no sabía qué onda, como dos veces pasó eso y yo siempre lo veía y le decía que despertara que ahora mejor hiciera otra cosa.



Y bueno, pues les he de aclarar que el taller está relativamente cerca de la carretera, es en un terreno así medio baldío y no tenemos baño, cada que queremos hacer lo nuestro tenemos que ir a un baño público que está a unas casas adelante, pero cuando solo nos anda del uno pues hacemos ahí en el terreno, en la hierba. Resulta que me andaba del baño, le dije que me aguantara tantito porque la neta ya no aguantaba y no quise ir hasta el baño público por eso me acerqué a unas hierbas y ahí me puse a hacer, cuando de repente escucho que ahí viene el cabrón atrás de mí, me dijo “también me anda we, ya me urgía” eso me lo dijo cuando se acercaba y me miraba a los ojos así como sonriendo, y se puso a un lado de mi orinando. Noté que se movía mucho la verga así como si sobre la tierra le gustara hacer figuritas con la orina y le dije “wey ahora haz una carita feliz” y me dijo “pues ponme feliz” Yo me saqué un poco de onda, pero los dos aún con la verga de fuera yo le dije “Solamente que te mida el aceite papá”, el vato que se empieza a reír y se voltea de frente con la verga medio flácida y me empieza a ver la mía y me dice “We tienes buena verga” y la neta es que ya me estaba calentando y que le digo “Y eso que aún no la pruebas”, se me acerca y ¡me la empezó a agarrar! Rápidamente que mi verga creció y sin más ni más cuando menos me doy cuenta ya la tenía en su boca... solo puedo decir que ni una vieja me la había mamado tan chingonamente, metía la lengua así como aborazándose, mamaba con mucha ansiedad como si la estuviera anhelando y no manchen, el solo hecho de pensar que tenía arrodillado a un hombre de ese calibre mamándomela era como estar en el cielo! Me preguntó si era mi primera vez porque la neta hasta me temblaban las rodillas y no podía hablar muy bien, ni me acuerdo qué más me dijo, yo no podía más que mirar para arriba mientras le agarraba su cabeza y la restregaba hacia mi verga como si me estuviera cogiendo su boca. No duramos mucho así porque me excité demasiado y quería venirme. Le quité mi verga de su boca y se levantó, luego me tomó de mi hombro como empujándome hacia abajo queriendo que ahora yo se la mamara... la verdad no era la verga que me imaginaba pero no hacía falta, estaba cabezona y algo gruesa aunque no era muy larga y sí, tenía unos huevotes de macho alfa, bien grandes. Le mamé la verga así como él me lo había hecho, al principio con un poco de reservas porque era mi primera vez, pero luego sentí el sabor y la textura de la verga en mi lengua, recorría su cabezota, ya agarrando gusto por la verga que lo volteo, no quise desaprovechar la oportunidad de saber a qué sabe el culo, yo la neta siempre me he visualizado como activo, deseando culos de weyes sabrosones y este vato tenía un culito chico, pero bien firme, sus nalguitas duras duras y una piel bien tersa, tanto que empecé rozando su piel en mis mejillas. Empecé a morderle un poco las nalgas y con mis manos luego se las abrí hasta oler su culo, no me dio asco, al contrarió me excitó oler un culo de macho, un culo peludo y ya bien prendido que me acercó bien atascado y le metí lengua, parecía que me lo estaba cogiendo con la lengua, el wey gemía, pero gemía no como vieja, gemía como cabrón, gemía diciéndome “Sigue puto, sigue” La verdad al verlo tan excitado me prendió mas y sin tocarme exploté;







 me vine, no muy fuerte pero sentí raro, nunca me había pasado eso de venirme sin estar cogiendo o sin masturbarme, solo por mi mente pasaba la idea de el olor a culito sudado, olor a macho y sus gemidos. Le dije, ya me vine wey... y me dijo que no había problema y se empezó a masturbar mientras yo seguía con mi boca cerca de su culo de vez en vez dándole lengüetazos, me preguntó si quería recibirlos en mi boca y por supuesto que acepté, pensé que si ya había chupado un culo porqué me iba a dar asco sentir su lechita. Y me las echó en mi boca, un poco brincó a mis mejillas pero se vino bien rico, se vino abundante... 


Ya terminamos, la neta no quise preguntarle cosas por temor a verme muy novato, simplemente terminé de arreglarle su marcha y se fue, no sé si vuelva pronto, ni siquiera tengo su número.



El pedo es que seguido pienso en mamadas, yo creo que es porque fue mi primera vez... ¡José, José, Joséee ya déjate de mamadas wey, tú eres hombre! ¡Si tu jefa supiera que estás pensando en otro cabrón se te arma la grande! ¡Tus amigos se van a burlar! - Mi pinche conciencia siempre alarmista me reprocha, pero ni pedo, ahorita mi mente como que es un desmadre. Pero bueno, a ver qué opinan ustedes, igual y si les late mi historia luego que vayan surgiendo más les sigo contando qué tal me está yendo.